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Entregas de Grado: 

Santiago de Arma de Rionegro

Combiné las técnicas de la instalación y la pintura, tomando vistas satelitales de las luces nocturnas de la ciudad de Santiago de Armade Rionegro representándolas punto por punto sobre manchas de acrílico negro, en un tronco de árbol recién cortado de eucalipto blanco. Mostrando de una manera poética la destrucción del ambiente por parte del desarrollo urbano a manos del mismo humano. 

 “[…] si me preguntaran qué es lo que más me admira de este mundo, diré que una ciudad iluminada de lejos. Esta admiración no es pura, está llena de terror. Me anonada el poder del hombre, su loca voluntad de ser y de pertenencia. Pues la ciudad es como un campo de honor donde el hombre se cita con su destino. Allí afirma su amor a este mundo, su fuerza, su poder de dominio, su horror al aniquilamiento. Allí testimonia su ser efímero que se niega a morir; se arraiga desesperadamente a la tierra, se anuda con lazos de amor y de terror a la eternidad.

Sí. La ciudad es la gloria pasajera del hombre, su grandeza, su miseria, el botín de su victoria contra la muerte, la dignidad de su combate, la historia que le sobrevive.”

Gonzalo Arango Arias.

Cada vez que nos adaptamos a una sociedad en desarrollo y se van adquiriendo nuevas formas de vida, acostumbramos a ellas, se va dejando en el pasado, y por lo general, en el olvido, lo que fuimos o tuvimos, lo que fue importante alguna vez, lo que nos dio origen a creación de historias y permitió de alguna manera nuestro estado actual.

Por esto, es preciso denotar que el municipio de Rionegro y sus veredas han estado perdiendo poco a poco su identidad, gracias al incesante e inconsciente desarrollo urbano, que va arrasando los prados, los árboles, y lo más importante, los recuerdos de aquello que estaban allí primero.

Santiago de Arma de Rionegro

Ancla 1

El ser humano ha probado su soberanía sobre la naturaleza por medio de las grandes construcciones. Ha querido demostrar ser un ser superior a ella, sin pensar en que hace parte de ésta, y que sin la naturaleza no podría vivir.

Se ha inventado la manera de no mirar atrás, y hacer de tripas corazón para deshacerse de su instinto a la hora de morder la mano que lo alimentó. Ha atentado contra su fuente de sobrevivencia. Porque, ¿qué sería del ser humano sin su entorno? Nada. Aun así, insiste en cambiar.

Ha dejado de lado sus orígenes, ya no cree hacer parte de la naturaleza. Y en consecuencia, crea su propio entorno. La ciudad.

El Nido:

Ancla 2

El nuevo hábitat del ser humano requiere grandes extensiones de terreno, ya que cada vez, el número de humanos es mayor. La víctima de todo esto, es y seguirá siendo el entorno natural.

La tasa de deforestación en el mundo es cada vez más grande, se han destruido bosques y valles enteros con la finalidad de seguir creciendo. De tal manera, que las personas que continúan con este legado de urbanización, ya no sean sensibles a la metamorfosis a la que es sometido el campo.

Ya estos momentos en los que podíamos disfrutar de la tranquilidad que ofrecía la vida en la ruralidad sólo serán recuerdos en las memorias de las pocas personas que pudimos disfrutar de ello. El majestuoso paisaje que se ceñía sobre las montañas, con sus imponentes árboles en el monte, y la gran variedad de flora y fauna, no volverá a existir sobre el ser humano, que lo ha cambiado por la gran selva de concreto.

Hemos destruido nuestro propio entorno, como si fuera reversible.

La humilde vida en el campo, ha sido reemplazada por una llena de comodidades y lujos en la ciudad. Nos hemos adaptado a un entorno inventado.

Y como un virus, hemos llenado la superficie virgen de la Tierra, acabándola, seguramente hasta nuestra propia extinción.

Ancla 3

El Equinoccio del Desarrollo

El mundo del hombre se ha separado del mundo natural. Las urbanizaciones demandan una expansión territorial sin medida ni planeación consciente, transformando el uso de los suelos. Este cambio influye tanto positivamente como en un ámbito negativo, ya que, los habitantes y las labores que antes estos realizaban en el espacio rural se ven en la obligación de adaptarse a los nuevos cambios que se avecinan.

Esta problemática no es nueva. Se ha vivido miles en veces durante la existencia de la humanidad. Pues, mientras el ser humano exista, siga creciendo y evolucionando, se va adueñando lenta y silenciosamente de su entorno, para hacer posible dicha tarea. Es simple y llanamente una de las implicaciones que conlleva el progreso.

Pintando un mundo nuevo cada día.

Lápiz
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